Hablemos de crisis hídrica

*Por Daniela García M.

Hablar de crisis hídrica en Pucón parecía alarmista, aún cuando el lago Caburgua suplicaba que dejáramos de esconder la cabeza bajo tierra y que la región tiene un 36% de deficit anual. Preferimos buscar responsables externos, pero este verano el calor, la falta de agua en los APR, las bajas o sequías de pozos y los conflictos entre vecinos por tomas de ríos que ya no alcanzaban, hicieron la crisis hídrica innegable. La pregunta es: ¿qué más tiene que pasar para que nos pongamos a trabajar? La semana pasada entregué un informe al alcalde y concejo municipal con medidas concretas que podemos tomar como municipio este mismo año para ir sentando las bases para tener una política de gestión hídrica en la comuna. A continuación, presentaré alguno de los ejes de esta gestión y acciones que podemos ir tomando los ciudadanos cuando el estado es más lento que los cambios sociales y climáticos. 

La crisis hídrica es un problema que requiere una estrategia integral y multidisciplinaria para su mitigación y adaptación. Algunas de las estrategias para enfrentar este problema son:

1.- Promover una cultura de uso responsable del agua:  esto implica educar a las personas sobre la importancia del agua, fomentar prácticas sostenibles en el hogar y en el trabajo, y promover el uso eficiente del agua en la industria y la agricultura. 

2.- Implementar tecnologías eficientes para reducir el consumo y cuidar el agua: a nivel local el municipio debe incluir la eficiencia hídrica en las metas de gestión de todos los departamentos y edificios municipales e invitar a los gremios hoteleros y restaurantes a que hagan lo mismo. Para cuidar la calidad de las aguas el desafío es enorme porque el crecimiento explosivo y el obsoleto perímetro urbano del plano intercomunal, no permite expandir los sistemas de alcantarillado y tratamientos de aguas. Hoy, la mayoría de la población comunal vive en la ruralidad y el manejo de aguas residuales y grises es primordial. Existen tecnologías y sistemas basados en la naturaleza para filtrar y limpiar aguas y el municipio debe asegurarse que todas las viviendas cumplan con estos sistemas.

3.- Diversificar las fuentes de agua: esto incluye la captación y almacenamiento de aguas lluvia. En la comuna, uno del desafío es lograr que toda el agua que cae en invierno dure hasta las épocas secas, por lo tanto, la diversificación de las fuentes será sobre todo creando fuentes de cosecha y reservas de agua en estanques y/o lagunas, asociarse en APR, pozos y abastos.

4.- Fomentar la gestión sostenible de los recursos hídricos: esto implica la conservación de las cuencas hidrográficas, la protección de la calidad del agua, y la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura y la industria. En la zona esto se traduce en mayor coordinación entre las comunas de la cuenca del Toltén y especialmente la subcuenca del Trancura.

5.- Promover la cooperación y la participación ciudadana: en el nuevo Código de Aguas, que prioriza el consumo humano, la participación ciudadana es parte fundamental en la toma de decisiones relacionadas con el uso y la gestión del agua. En la comuna podemos empezar a conformar los Concejos de Agua Comunal con los APR, para ir cultivando una cultura de gestión hídrica por el bien común y prepararnos para la pronta conformación de los Concejos de Agua de Cuencas.

En conclusión, para sobrellevar la crisis hídrica debemos empezar ahora a organizarnos porque se requiere de una estrategia integral que combine la educación y la promoción de prácticas sostenibles en la sociedad, la adopción de tecnologías eficientes para el uso del agua, la gestión sostenible de los recursos hídricos, la diversificación de las fuentes de agua, y la cooperación y participación ciudadana. Con estas estrategias, podemos trabajar juntos para garantizar la disponibilidad del agua y asegurar un futuro sostenible para todos.

*Daniela García M. es concejala en Pucón.