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Opinión

Obituario: El legado de Rod Walker

Publicado

en

*Por Víctor Vera

Con especial agrado puedo transmitir a través de un obituario simple parte de la vida de Rod Walker, mi profesor y maestro. Gracias a él pude aprender, practicar y enseñar  la educación de vida al aire libre; realicé mis cursos de monitor y maestro del programa internacional No Deje Rastros de la Escuela del Medio Ambiente de USA NOLS ( National Outdoor Leadership School ). Es por eso que estoy siempre agradecido de él.

Rod fue un educador al aire libre, ecologista profundo e instructor de “Reiki GAIA”. Así le gustaba presentarse a Rod Walker. Aunque otra buena definición para recordarlo es educador ambiental, pionero en el tema en Chile y el planeta y un hombre que practicó la simplicidad de la vida en la naturaleza. En 1967 fundó el primer Centro de educación al aire libre (CEAL). 

Este británico que estudió derecho en Oxford y que residía desde hace más de medio siglo en nuestro país, era un hombre que se encantó con la vida al aire libre desde los años universitarios en que comenzó a escalar montañas en las tierras altas de Escocia, donde trabajaba como instructor en el primer centro especializado en el tema.

Su fascinación por la vida al aire libre lo llevó a vivir dos años en la Antártica y a fundar el CEAL, que consiguió reconocimiento internacional por sus cursos asociados con dos organizaciones mundiales: el Colegios del Mundo Unido y el Bachillerato Internacional.

Rod fue meteorólogo y especialista en perros de trineo en la Antártica, instructor de esquí, rector de dos colegios británicos, carpintero y constructor, vendedor de jabón, corredor de maratones, intérprete, maestro de reiki, docente universitario y consultor y conferencista en varios países. Amante del ciclismo, canotaje de lago y vivir de manera sencilla en la naturaleza.

Es también un adelantado ecologista. Desde los ‘90 se maravilló con la zona sureña de Los Lagos, impactado por los montes de milenarios bosques nativos. En el Santuario del Cañi promovía la conservación y protección de un bosque de araucarias en las cumbres. Rod construyó un refugio como base, lo obsequió al proyecto y comenzó a vivir allí en 1993. Quería aplicar su experiencia a generar nuevos espacios ocupacionales para jóvenes locales, como guías en ecoturismo, y así contribuir al desarrollo económico y social de un sector rural. Esta iniciativa, adelantada para su época, fue reconocida por la asociación Ashoka de emprendedores sociales, que nombró a Rod como Fellow en 1997.

“Sigo desarrollando una metodología innovadora para una educación ambiental más saludable que el modelo común de propagar una especie de consumismo ‘enverdecido’. Pero hay una pregunta de fondo ¿cómo podemos generar la voluntad de cambio en una sociedad cuyo sistema educacional de hecho está cegada por un lenguaje materialista dedicado al exitismo y la delusión (engaño) que la expansión económica eterna es posible? Al desconocer los principios naturales que rigen nuestras vidas – que son los que más debemos entender y seguir – solo conseguimos profundizar desastres económicos, sociales y ecológicos”, planteaba en algunos de sus escritos, en los que también escribió: “Creo que la comprensión ecológica indígena tiene mucho que aportar para disolver la parálisis que padecemos. La clave está en el concepto de madre tierra. En esas dos palabras cortas indica nuestra verdadera relación con todo lo que vive. Es la misma madre tierra que se está encargando ahora de darnos pistas cada vez más transparentes para responder la pregunta. La más clara es la gravedad de la desestabilización climática”.

Rod era un convencido de que la tierra comunica sus mensajes a cualquiera que esté abierto a escucharla. Y un hecho de su vida, cree, lo confirma. En 2006, llegó a Chile un lama de Nepal, dedicado a la sanación mediante reiki, no sólo como manera de curar sino también como servicio social. Rod tuvo ocasión de aprender reiki del lama, y lo acompañó un año y medio en Chile, y luego varios meses en 2008 y 2009 en Nepal. Comprendió que el efecto sanador del contacto con la tierra, y el del contacto con la energía reiki, que es la energía universal, tienen características idénticas. Ambos traen integración, equilibrio y claridad; tanto a personas como lugares, ecosistemas, y hasta puede transformar procesos educativos. Rod nos dejó un gran legado. Vivió precariamente sus últimos años pero más de forma humilde en La Loma, un sector bautizado por él del Santuario El Cañi (Pichares), donde pasaba los últimos años leyendo y llano a entrevistas y narraciones para estudiantes, científicos e investigadores. A sus 84 años ya se presentaba algo deteriorado, situación que fue aumentada cuando se quemó su cabaña en La Loma, la cual guardaba gran parte de sus bibliotecas, recuerdos y plantas. Todos te recordarán con nostalgia Rod. Yo también.

*Víctor Vera es experto en montaña y profesor de turismo aventura en la educación superior, actualmente en Duoc UC Villarrica en las carreras de Ecoturismo y Turismo Aventura.

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