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Título de la película: cuarentena total

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El fin de semana pasado la prensa de espectáculos puso su mirada en Pucón luego de que nuestro medio confirmara muy acertadamente la presencia del actor español Arón Piper en la zona. El artista es parte de un grueso equipo que se encuentra en la comuna filmando una película (Sayén) para Amazon Prime.

Y si bien la presencia de Piper generó una serie de reacciones en sus fans y sus posteriores rebotes en redes sociales; la filmación de Sayén nos abrió una serie de interrogantes y puso de manifiesto una situación que vivimos en el contexto de esta pandemia.

Lo primero. Es muy bueno que las producciones internacionales miren a nuestra comuna como locación. Eso nos abre un mercado interesante y, sin lugar a dudas, nos entrega una serie de beneficios intangibles que tienen que ver con nuestra marca como destino turístico e imagen país. Nadie va a filmar a zonas complejas y sin los requerimientos hoteleros y logísticos necesarios para poder llenar los exigentes estándares de una producción de ese nivel. En buena hora y es de esperar que sigamos en esta línea.

Pero hay otro elemento que no deja de llamar la atención. La comuna está en cuarentena por la propagación del virus. Y el confinamiento, que va a cumplir un mes, es el tercero obligatorio desde que partió la crisis del coronavirus en marzo de 2020. El punto es que mientras una parte importante del comercio minorista y casi toda la industria turística está detenida, en Pucón se filme una producción internacional con un centenar de personas movilizándose por las calles y que un actor del primer mundo (quien, según el Gobierno, cumplió con las medidas requeridas para ingresar al país) genere un alto revuelo y una pequeña aglomeración muy contraproducente en los tiempos de la pandemia. 

Ahora, entendemos que lo sucedido con Piper y la película es un reflejo de lo que en verdad sucede. Lo cierto es que la denominada cuarentena es solo una ilusión (tal como la película es una historia ficticia) que por ahora solo golpea al comercio pequeño y a nuestra industria madre. No sería bueno, a estas alturas del partido, entender que la medida del confinamiento en realidad no existe; porque la movilidad se mantiene igual gracias al pase de movilidad (propiciado por la alta vacunación) y también porque los trabajadores ya se las arreglan (vía permisos colectivos) para salir a la calle a buscar el sustento. 

Es en ese contexto, sumado al agotamiento pandémico, creemos que es hora que nuestras autoridades pudiesen entender que las cuarentenas son a todas luces ineficaces y que nunca serán efectivas, aunque entreguen todo el erario nacional en bonos y beneficios económicos que, además de un respiro, están generando un proceso inflacionario que se puede complejizar (es cosa de ir al supermercado). La verdad es que todos estamos agotados del virus y sus cuarentenas. Por lo mismo, es necesario entender que como ciudadanos debemos poner lo nuestro con el autocuidado extremo y la vacunación. Eso, porque “encerrados” y esperando los bonos del Gobierno ya no podemos estar. En el fondo, la cuarentena es solo una ficción, como la película que filma Arón Piper.

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