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Reconocimiento a LVP: periodismo honesto
*Por Rodrigo Vergara
La mañana de este lunes 27 de febrero, en la celebración del aniversario 140 de nuestra amada comuna de Pucón, me tocó recibir un reconocimiento que textualmente decía “Por su aporte comunicacional a la comuna de Pucón”. Eso en el contexto de la entrega de premios a los vecinos destacados en algo. Cosa que realiza, en buenahora, año tras año en la celebración del aniversario.
Y si bien mi nombre había sido propuesto el año pasado por una concejal (Verónica Castillo), las vicisitudes de la pandemia hicieron que solo este 2023 el tema se materialice. Y se agradece el nombramiento porque entiendo que fue hecho con el espíritu correcto; pero la verdad es que recibirlo me generó algunos conflictos y también algo de reflexión.
En primer lugar, me parece súper complejo que se reconozca a alguien por solo hacer su trabajo. Y bien lo expresa el Evangelio cuando en Lucas 17:10 dice que somos “siervos inútiles porque lo que teníamos que hacer hicimos”. Es decir, me parece que no hay mayor mérito en hacer algo que, simplemente, teníamos que hacer en el contexto de nuestras labores diarias. Y en este mundo, tan dado a la adulación fácil y al buenismo inconsecuente, cosas como estas parecen estar fuera de todo contexto. Esto, porque de alguna manera u otra, siempre buscamos el reconocimiento, aunque sea por lo mínimo y no muchas veces merecido. Es lo que se llama “la naturaleza humana”.
Entonces, cómo debemos (o debo) entender el galardón y no generar un choque en mi conciencia. Me parece que lo correcto es asumir que el reconocimiento es al diario electrónico La Voz de Pucón (LVP) del que soy socio fundador junto a mi colega Esteban Hernández y en el cual me desempeño desde que partió hace casi cinco años.
LVP se inició casi como un experimento en torno a lo que entendíamos debía ser un medio de comunicación. La idea era poder contribuir al desarrollo comunitario a través de la información efectiva, chequeable, trascendente y oportuna. Y, con errores y aciertos, entiendo que de alguna manera esos objetivos se han cumplido. Me parece que podemos decir que hacemos un periodismo honesto, ya que tampoco hemos transgredido principios clave sobre los cuales construimos este medio. El primero de ellos, la transparencia. Entendemos que nuestras audiencias saben (o deben saber) perfectamente desde dónde escribimos y cómo nos acercamos a los hechos que cubrimos.
Por lo mismo, no usamos LVP como una plataforma política para resaltar y alimentar personalismos que buscan cargos de importancia y relevancia comunal como una alcaldía o concejalía. No. Estamos lejos de eso y lo rechazamos. Tampoco usamos a LVP como una herramienta de presión para intereses privados o particulares. Sabemos que es bueno que los medios de comunicación ganen dineros y día a día buscamos mecanismos que ayuden a soportar y llevar la responsabilidad de ser un medio independiente; pero eso no puede ser a cualquier precio.
Hoy nuestra web acumula más de cuatro millones de visitas. Tenemos casi 40 mil seguidores en Facebook, más de 12 mil en Instagram y 4.500 en Twitter. Cifras que para un diario de pueblo chico son más que aceptables. Y una gran mayoría de ellas conseguidas sin concursos o promociones de entradas a shows; ya que apuntamos a que nuestras audiencias se deben construir con elementos y bases sólidas. La idea es que pese a los errores (siempre estamos sujetos a cometerlos), quienes nos siguen entiendan que lo que intentamos hacer es un periodismo honesto y sin dobleces. No nos disfrazamos. Simplemente somos lo que somos.