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Tips para una buena cena Año Nuevo… y no morir en el intento

Publicado

en

*Por Andrés Yurjevic

Hay una obsesión de que en Año Nuevo hay que pasarlo bien. El “dándolo todo” se transforma casi en una obligación y eso incluye la cena, la fiesta, el after y lo que se hace el día después. En esta dinámica muchas veces nos complicamos más de la cuenta con la comida. Siempre hay alguien —generalmente es el dueño de casa— que planifica, compra, cocina y lamentablemente también ordena todo lo que se va a consumir en la cena de Año Nuevo.

El editor de La Voz…  me pidió que escribiera algunos tips para esa noche.  Así es que empecé a darle vueltas. Podría ser una receta, pero el precio del pavo es un escándalo y lo otro es que es difícil dar todos los detalles de una gran receta de Año Nuevo y esto se complica más cuando los invitados son hartos y, seamos honestos, todos queremos a nuestra familia pero también tenemos ganas de pasarlo bien.

Es por eso que los consejos van a ir más por el lado de la organización de las cosas que por preparaciones específicas.

Huya de la improvisación y de las redes sociales

Resista a esa pulsión de preparar esa receta que vio en Instagram o Tiktok. Es cierto que se ve maravillosa, pero generalmente es más complejo de lo que parece. La explicación que viene es bastante escueta y seamos honestos no tenemos idea de quien es el que la está preparando.

Aténgase a cosas que haya preparado antes y que maneje bien. No importa que no sea con productos caros ni que tenga una presentación muy vistosa. Repítala año a año para crear una tradición. En la familia de mi esposa su abuela preparaba todos los años un pollo o pavo con piña y hasta el día de hoy todos lo recuerdan con amor y cariño. Los chicos esperaban pasar a la mesa de los grandes para que les tocara el menú de los grandes.

De por seguro que el año que viene ya nadie va a recordar eso que preparó, pero si vas creando una tradición se van a acordar para siempre.

Organización

Para los cocineros la organización es vital. Vivimos o morimos en nuestros turnos gracias a nuestra “mise en place” (término francés que puede traducirse como “todo en su lugar”). Es nuestra obsesión y debe ser la tuya para prepararse para una noche así. Pensar muy bien lo que se va a hacer: escribirlo, desglosarlo, hacer la lista de ingredientes y de todo lo que hay que preparar; visualizar cómo se va a hacer. Si hay cosas que puede preparar con anticipación hágalo, no deje todo para última hora.

Asigne tareas

Aquí siempre hay pega para todos. Usted manda y el resto tiene que agachar el moño y acatar. Esto de una cena de Año Nuevo es harto trabajo y no hay para qué echarse encima todo el quehacer de esa noche y seamos honestos, es más entretenido cuando se cocina en conjunto. Cuando alguien ayuda con las compras, con poner la mesa, siempre hay un aspirante a barman y alguien que le gusta eso de andar colgando guirnaldas y globos. Así es que sea asertivo en encontrar los talentos de cada uno y sacarles el máximo provecho en pos del bien común.

Exagere en las cantidades

Aunque en términos generales la exageración no es buena hay casos en que, cuando se tiene un objetivo definido, puede ser provechosa para el plan general y en esta oportunidad el objetivo es claro: no tener que volver a cocinar para el almuerzo siguiente y si es posible la cena. El ahorro energético el dia 1 de enero es fundamental. Transformar un poco lo que se preparó para despedir el año viejo: carnes frías con ensaladas, unas salsas, ají verde picado, panes y listos los sándwiches, tortillas y tenemos tacos. Sea creativo y programado para evitar tener mucho que hacer que no sea reponerse de la noche anterior.

Rodéese de amor (y por Dios que no le falte la sal)

Yo personalmente no creo mucho en uvas, maletas ni ropa interior amarilla, pero si creo que rodearnos de gente que nos quiere es fundamental. No solo en estas fechas si no que durante todo el año. Es el año de esas personas lo que nos da la energía para enfrentar las adversidades que nos presenta la vida, por lo que no invite por compromiso, menos por ambición o arribismo. Ya es suficiente con lo que extrañamos a quienes queremos pero por una razón u otra no podemos tenerlos cerca para ese abrazo apretado a las doce de la noche.

Mi única obsesión cabalística en estos días de año es con la sal, por lo más sagrado que tengan en su vida que no les falte la sal en su casa para la noche de Año Nuevo y los días siguientes. Otro día les cuento de las historias de la sal y por que se le asocia a la mala fortuna y de cómo evitarla.

*Andrés Yurjevic es chef profesional y dueño del Café Bistro 297

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